Periodistas de Tenerife | Juan Marti Dehesa (Santa Cruz de Tenerife, 1871-1954) resultó elegido presidente de la Asociación de la Prensa de Tenerife en 1905. Dirigió en la capital tinerfeña el semanario gráfico Isleño, de corta vida, pues inició su andadura en agosto de 1929 y desapareció antes de concluir el año. Fue concejal y alcalde accidental de Santa Cruz de Tenerife desde el 1 de julio de 1899 hasta el 10 de abril de 1901 y alcalde por Real Decreto, desde el 22 de enero de 1910 hasta que dimitió el 10 de mayo de 1911, después de acalorada sesión en el Ayuntamiento capitalino, en protesta por el proyecto de ley de reforma administrativa de Canarias, que en su redacción inicial favorecía la división del archipiélago en dos provincias mientras se ignoraban los deseos de autonomía de las islas. Por cierto que, ese mismo día y por igual motivo, hubo una gran manifestación de mujeres el gobernador Eulate se atrevió a dar la cifra exagerada de diez mil que encabezó la esposa del alcalde, Robertina Dehesa de Marti, y, por otra parte, un grupo numeroso de exaltados por los acontecimientos invadió el periódico El Tiempo, pro divisionista, destrozando la redacción, los talleres y la maquinaria. El texto, después de amplísima discusión en las Cortes, con modificaciones sustanciales, se transformó finalmente en la Ley de Cabildos Insulares promulgada el 11 de julio de 1911.
Su acción al frente de la alcaldía santacrucera fue premiada por la corporación municipal con una placa de bronce sobre base de mármol, obra del artista Eduardo Tarquis, costeada por suscripción popular.
Pertenecía al partido conservador, pero contó con el apoyo de los ediles republicanos. En 1918 participó con Santiago García Sanabria en la creación del movimiento político Unión Regionalista. Fue profesor de Historia crítica de España en la escuela que, por iniciativa de Patricio Estévanez Murphy, se creó en el Gabinete Instructivo de Santa Cruz en 1898. Poseía la Gran Cruz de Beneficencia. Fundó en 1904 una academia privada de Derecho, con alumnos presenciales y por correspondencia, al carecer entonces las islas de Universidad.
Extractado de ‘Periodistas Canarios. Siglos XVIII al XX’, obra de Eliseo Izquierdo