JAVIER DE VEGA / PERIODISMO CON FUTURO
Investigadores, activistas e informáticos están dotando de un nuevo ímpetu al papel de la tecnología en la democracia participativa. La sociedad progresivamente se ve menos como “usuario final” y más como fuente generadora de contenidos, de información y de conocimiento.
El diario británico The Guardian trata de convertir esta tendencia en su bandera y vertebrar su producto en torno a esta filosofía. Su editor jefe Alan Rusbridger lo llama “open journalism” (periodismo abierto) y destaca entre sus características que “impulsa a los demás [los lectores] a iniciar el debate. Nosotros [el medio] podemos hacer seguimiento así como liderar. Y les involucramos en la fase previa a la publicación”.
Esta tendencia a la apertura de procesos es, extrapolada al ámbito político, uno de los principios que los defensores del Gobierno Abierto tratan de introducir en la vida pública. En España, el caso más reciente es la consulta ciudadana de 15 días para el borrador del anteproyecto de la Ley de Transparencia. La sociedad puede dar su opinión sobre cada una de las partes del texto. Sin embargo, las aportaciones caen en un buzón opaco y unidireccional. Nada se sabe sobre lo que opinan los otros, al contrario de consultas similares como la de la legislación de acceso a documentos de la Unión Europea en 2007, donde están disponibles para descargar todas las sugerencias de la sociedad civil.
El proyecto estadounidense OpenCongress.org de la Participatory Politics Foundation y la Sunlight Foundation va más allá: usando una herramienta de edición colectiva los usuarios pueden aportar anotaciones, contexto o incluso documentos al lado de cada parte del texto legislativo. Así el proceso es sumatorio y enriquecedor. Sus creadores la presentaron en 2007 como una alternativa a un “proceso legislativo notoriamente arcano”, donde se “fomenta la ignorancia sobre el gobierno, la apatía política y la baja valoración de nuestros representantes”.
OpenCongress.org se rige por estos 8 principios del Open Government Data. Su plataforma (gratuita, de código y estándares abiertos en el uso de datos, y sin ánimo de lucro) extrae los textos completos de los proyectos de ley de la web de la Biblioteca del Congreso a través de una herramienta de monitorización (Govtrack.us). Después, los presenta de forma que cualquier ciudadano pueda realizar anotaciones in-place, párrafo a párrafo. Al ser sometidos al filtro colectivo, afloran numerosos matices, dudas, ambigüedades e incongruencias de estos textos legales. Sirva como ejemplo la ficha de la impopular H. R. 32361 Stop Online Piracy Act, conocida como Ley SOPA.
Comentarios “in-place” sobre el texto de la Stop Online Piracy Act (SOPA)
Un proyecto ambicioso en el ámbito periodístico es Document Cloud. Se trata de una de las grandes apuestas de la Knight Foundation, que en 2009 premió esta iniciativa con una beca de dos años a través de The Knight News Challenge. En el plano corto, Document Cloud es una herramienta que permite a periodistas de diferentes medios publicar en un mismo lugar documentos, así como destacar en ellos la información más relevante. The New York Times la usa regularmente en sus trabajos. El año pasado, por ejemplo, colgó las casi 25.000 páginas de e-mails de Sarah Palin publicadas tras una dura batalla de peticiones de información. Así sus lectores –de todo el mundo- pudieron ayudar en tiempo record a los reporteros a ver cuáles eran relevantes o interesantes.
Los Angeles Times usa DocumentCloud en una investigación de malversación de fondos
El medio estadounidense sin ánimo de lucro ProPublicaha presentado recientemente una aplicación para Document Cloud llamada DocDiver (“buceador” de documentos). Con ella, los lectores pueden hacer anotaciones de sus propios “hallazgos” en un estilo muy similar a OpenCongress.org. Los reporteros de la organización pueden después consultarlos, etiquetarlos como “hallazgos clave” (key findings) y usarlos en el momento de elaborar la información.
“Hallazgos” anotados en un documento con DocDiver
OpenCongress.org y Document Cloud son meros avances que permiten que las fases de edición, anotación y modificación –enriquecimiento- de un documento se produzcan al principio del proceso y de manera colaborativa. Tanto si es un medio de comunicación como una administración pública quien abraza este tipo de tecnologías –y, sobre todo, este tipo de ideas-, está enviado una señal clara: la de apostar por la transparencia y estar dispuesto a asumir nuevos retos con un carácter transformador.