Ignacio Ramonet, que está en Ecuador para dictar la conferencia titulada “La explosión del periodismo: de los medios de masa a la masa de medios”; en una entrevista con el periodista Saniago Aguilar, de la agencia pública Andes, ha formulado que “la tecnología ha avanzado de tal manera que ahora hay una gran confusión entre la esfera del periodismo y la esfera del aficionado de la información. Antes había un monopolio de la información que lo tenían los periodistas y que ahora se ha terminado. No quiero decir que el periodismo se ha terminado, pero si el monopolio.»
– ¿En qué situación deja esto a los periodistas?
– Los periodistas están en una situación inconfortable porque cada vez es más difícil distinguir lo que es un periodista de un no periodista. Si usted toma las informaciones más espectaculares de los últimos años, no las han producido periodistas, las han producido ciudadanos que han estado en ese lugar por casualidad y que han sacado fotos con sus teléfonos.
(…) El año pasado, Alex Grijelmo decía que este es el mejor momento para el periodismo porque ahora nos leen muchos más lectores, pero este es un mal negocio para el modelo de los medios…
Absolutamente, no hay modelo económico actualmente: el viejo se ha derrumbado y el nuevo no está terminado de edificar.
(…)
-En el tema de las libertades, ¿cómo enlazar esta nueva forma de hacer periodismo y la nueva forma de comunicar, de expresar?
– Yo creo que en América Latina está ocurriendo un fenómeno muy interesante que quizá no se haya dado con esta amplitud en ninguna parte del mundo: toda una región, todo un continente, está creando un sector público de la información.
Antes, lo que había acá era un modelo americano en el que el sector privado, buscando ganar beneficios, crea las televisiones. Aquí (En Latinoamérica) las han creado empresarios que han abierto televisiones, canales, etc. Ahora, llega el Estado y dice “no, vamos a crear un sector público”.
Esto es perfectamente nuevo y esto amplía el territorio de la libertad. Es mi opinión, yo sé que es controversial, pero creo que es así.
Evidentemente, en un primer tiempo va a ver dudas y reproches, pero creo que, a la larga, todo el mundo va a tener interés en que el sector público sea neutro. Neutro no quiere decir que sea objetivo o algo así, no. Pero sí el hecho de que se si se le da la palabra una hora a fulano, hay que darle una hora la palabra a mengano.
La entrevista completa, en la agencia Andes