F.L. JIMÉNEZ /LA NUEVA ESPAÑA
Internet no debería ser visto como un competidor por los medios de comunicación tradicionales, sino como un aliado tecnológico que, al igual que pasó en su momento con la televisión, la radio de transistorores o las rotativas capaces de imprimir en color, está llamado a revolucionar el sector. Así lo cree el periodista asturiano José Manuel Diego Carcedo, actualmente presidente de la Asociación de Periodistas Europeos y con anterioridad un todoterreno que trabajó en prensa escrita (La Nueva España entre otras cabeceras), agencias de noticias, radio (fue director de Radio Nacional de España) y televisión (presentó varios programas y dirigió los informativos de la cadena pública Televisión Española). Diego Carcedo cerró ayer el ciclo de conferencias organizadas esta semana en Avilés en el marco de la Escuela de verano de la UGT y lo hizo con talante crítico no exento de optimismo con respecto al futuro del periodismo: «Da igual cual sea el formato, el buen periodismo tiene futuro porque la demanda informativa de una sociedad democrática y tecnificada siempre será creciente».
No obstante la confianza que muestra Carcedo en que los medios de comunicación sabrán encontrar su hueco en el siglo XXI, el periodista expuso una viva preocupación por el impacto que la crisis ha tenido en los medios tradicionales. Como introducción narró una anécdota que le ocurrió ayer mismo y que tiene que ver con la supuesta imposibilidad de comprar periódicos a hora temprana en puntos de venta de carretera (gasolineras, bares, etcétera) de la ruta Madrid-Asturias.
«Paré en tres sitios entre Benavente y el Huerna y en ninguno había periódicos; en el tercero pregunté qué pasaba y la respuesta fue que el repartidor cesó en el negocio porque al haber subido los peajes del Huerna dejó de ser rentable la actividad. He aquí un ejemplo de cómo una crisis global y las políticas que adopta un determinado gobierno para combatirla afectan a una actividad (la venta de periódicos), que aparentemente no tendría por qué verse perjudicada más allá de que no todas las familias tienen ahora mismo 40 euros para comprar el periódico a diario», relató el periodista.
Al margen de la anécdota, Carcedo señaló problemas más graves a los que se enfrentan los medios de comunicación: asfixia financiera derivada de los cuantiosos créditos pedidos en la época de bonanza, presiones de los poderes fácticos (ya sean políticos o económicos) y el reto de internet. Sobre este último y como ya quedó reseñado, José Manuel Carcedo se mostró esperanzado: «Internet sólo ha dejado entrever una parte ínfima de su potencial para revolucionar los medios de comunicación, así sea por el brutal ahorro de costes que implica; sin duda es el futuro y eso lo saben todos los empresarios del sector, la cuestión es que nadie ha logrado concretar aún como sacarle provecho».