La Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología del Periodismo creada a instancias de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), que preside el catedrático de Ciencias Jurídicas Manuel Nuñez Encabo, a través de su Comisión Permanente, ha decidido admitir la presentación de la queja y petición de amparo de la Casa Real ante lo que considera una indefensión por parte del jefe del Estado por una información de El Confidencial sobre la ausencia del Rey en la Cumbre Iberoamericana de Panamá.
En consecuencia, según el procedimiento que establece la Comisión para este tipo de solicitudes, se designa una ponencia y se abre el correspondiente expediente, de acuerdo al artículo 9 de su reglamento. El expediente, según fuentes de este organismo que actúa con total independencia, finalizará con una resolución de la Comisión sobre el tema.
La carta está dirigida a la Comisión, firmada por el jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, y se trata de la primera vez que la Casa Real adopta una iniciativa semejante para quejarse por una información publicada en un medio de comunicación.
La presidenta de la FAPE y de la fundación sobre la que se soporta la Comisión, Elsa González, ha explicado que, una vez admitida a trámite la queja, se analizará la situación, hablando con las partes, y se tratará de clarificar si el periodista ha consultado las fuentes y si ha respetado la veracidad de la información, entre otras actuaciones, tras lo que tomará una decisión en un mes, aproximadamente.
En estos casos, las sanciones de la FAPE son «morales», quedando en evidencia el medio y el periodista que no haya respetado la veracidad de una información.
La Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología se constituye a iniciativa y propuesta de la FAPE, como órgano independiente de autocontrol deontológico interno de la profesión periodística. Su objetivo es favorecer y promover el arbitraje, la mediación, el entendimiento y la recomendación de petición de disculpas. En definitiva, actúa como autoridad moral, otorgada explícitamente por las asociaciones de la prensa y los periodistas, garantizando así el cumplimiento del Código Deontológico de la Federación.
La APM solicita un dictamen sobre cómo informar de sucesos graves
LaAsociación de la Prensa de Madrid (APM)ha solicitado a la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE)que elabore una serie de recomendaciones éticas a seguir por los medios de comunicación ante sucesos o catástrofes de dimensiones similares a la del accidente de tren del pasado 24 de julio, en Santiago de Compostela.
La APM plantea esta solicitud en una carta enviada al presidente de la Comisión, Manuel Núñez Encabo, tras recibir numerosas denuncias ciudadanas sobre las malas prácticas informativas que detectaron en la cobertura del accidente de tren en Santiago, en el que fallecieron 79 personas.
El accidente fue objeto de una amplísima cobertura informativa por parte de los medios de comunicación (prensa, radio y televisión), acorde con la repercusión que un suceso de esas características merecía.
“El esfuerzo informativo de los medios fue muy importante, a pesar de los apuros económicos que atraviesan las empresas informativas”, señala la presidenta de la APM,Carmen del Riego, en la misiva, pero, tras los primeros días,asociaciones y personas de forma individual se dirigieron a la APM para protestar por lo que consideraban un mal uso periodístico, abusando del dolor y el morbo que la información proporcionaba, y por la conversión de un suceso luctuoso en espectáculo.
Estas quejas se centraron en eluso de fotografías en los periódicos e imágenes en las televisiones que no respetaban la intimidad,así como la forma en que los periodistas abordaban a las familiassin tener en cuenta el dolor que sentían y los momentos tan difíciles que vivían, que les impedía acceder de manera libre y deseada al requerimiento de los medios de comunicación.
Estas prácticas las rechaza el Código Deontológico de la FAPE, que señala en su preámbulo que, sin perjuicio de proteger el derecho de los ciudadanos a estar informados, el periodista respetará el derecho de las personas a su propia intimidad e imagen, y que en el tratamiento informativo de los asuntos en los que medien elementos de dolor o aflicción en las personas afectadas, «el periodista evitará la intromisión gratuita y las especulaciones innecesarias sobre sus sentimientos y circunstancias”.
A fin de evitar las malas prácticas periodísticas, la APM solicita a la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología que elabore unas recomendaciones éticas y deontológicas a seguir ante sucesos o catástrofes de estas dimensiones, para que “los medios de comunicación respondan a la necesidad de información que tienen los ciudadanos, sin hacer de esa información espectáculo, y respetando siempre a las víctimas y a sus familiares”.