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"El mundo de la creación nunca se ha parado ante nada, ni censura ni crisis"

"El estrés de la vida de un periodista te encamina a buscar válvulas de escape y yo encontré el relato como medio para limpiar mi mente del día a día", asegura el periodista y escritor Juan Ruiz Correa.
Juan Ruiz Correa La Opinión
Juan Ruiz Correa. FOTO: TONY CUADRADO/ LA OPINIÓN DE TENERIFE

MÓNICA ACOSTA

Juan Ruiz Correa es conocido en el mundo de los medios de comunicación por ser un eficaz periodista que ha abarcado diferentes campos informativos entre los que destaca el deporte. Hombre clásico y de pocas pero sinceras palabras, nos sorprende a todos hoy con una finta a la vida y la publicación de Los hijos de Marta, su primera novela con la que da rienda suelta a sus pensamientos.

¿Qué fue primero, el periodista o el escritor?

El periodista, sin duda. Si algo me sedujo de la profesión fue sin lugar a duda lo de contar historias. En el caso de la literatura ya entramos en el mundo de la ficción y eso le da un puntillo al asunto que me divierte mucho. En mi caso una cosa llevó a la otra. Son actividades complementarias. El estrés de la vida de un periodista te encamina a buscar válvulas de escape y yo encontré el relato como medio para limpiar mi mente del día a día, de las crónicas, las notas de prensa, el teléfono, el correo electrónico.

¿Cómo se empieza a escribir un libro?

Siempre he tenido ideas en la cabeza. Muchas veces me ponía a escribir y el relato me derrotaba. Escribir es apasionante, pero muy exigente, porque hay que estar pendiente de muchas cosas: la trama, los personajes. No pueden quedar cabos sueltos. La historia debe tener coherencia. Hay que definir bien los personajes y luego intentar no traicionarles en su recorrido. Son muchos detalles y por eso es complicado encontrar una historia sólida, que aguante el paso de los capítulos. También hay que buscar un comienzo y un final. Hay que buscar un título. Repito que son muchas cosas y el hecho de que las piezas no encajen te hace desfallecer. En mi caso me pasó muchas veces hasta que llegó Los hijos de Marta. Esta es la primera historia con la que me he sentido realmente cómodo. De la que realmente me siento satisfecho.

¿De qué manera definiría su apuesta literaria?

Lo veo como literatura urbana. Tiene un poco de todo. Creo que Los hijos de Marta es en ese sentido de difícil clasificación. He querido buscar a personajes anónimos, a personas normales, a las que les ocurren hechos excepcionales y que les ponen a prueba. He hecho lo que tantos otros antes: llevar a los personajes a los extremos.

¿Qué tiene de particular la protagonista de su novela, Marta?

En primer lugar es una mujer atrapada por su belleza. Es una mujer que en el fondo busca lo que todos: ser amada. Pero cuando cree haber encontrado a esa persona, a ese ser especial, todo se derrumba a su alrededor. Marta también es una madre y, aunque suene a tópico, es una luchadora. Pero es sobre todo una heroína. Marta podría ser cualquier mujer con la que nos crucemos por la calle, con sus ilusiones, sus dudas, sus sueños, sus esperanzas, sus odios, sus remordimientos€ Es una mujer, eso sí, apasionada. Tiene un corazón limpio. Una mirada limpia. Es una mujer que merece ser conocida.

Como periodista, ¿qué pregunta se haría para saber más sobre Los hijos de Marta?

Es difícil porque por vez primera en mi vida me veo al otro lado. Quiero decir, hasta ahora he sido yo el que preguntaba. En cualquier caso me preguntaría: ¿En quién o en quienes se inspiró para crear a Marta? ¿Existe en la realidad?

¿Y qué respondería a esas preguntas?

Pues que si bien Marta es fruto de mi imaginación, no es menos cierto que tiene cosas de muchas de las mujeres que han pasado por mi vida. No es ninguna en concreto y son todas a la vez. En el fondo yo lo que busco es que me quiera una persona como Marta. Que me quiera de verdad. Pero como nunca la he tenido, por eso me vengo un poco de ella y la hago sufrir. Bueno, en el fondo me porto bien, aunque para saber eso tendrán que leerse la novela. Le invito a ello.

En un contexto social y económico tan complejo, ¿cree que es tiempo de libros?

Creo que siempre hay hueco para las historias. El mundo de la creación nunca se ha parado ante nada. Ni ante la censura, ni ante las listas negras y ahora tampoco puede pararse ante la crisis o los gobierno empeñados en freír a impuestos a los creadores porque les son incómodos. Y es que en el fondo nadie puede meter la mano en el cerebro de nadie. Nadie puede evitar que pensemos, que soñemos. Eso es así desde que el hombre empezó a pintar en las cavernas. Además, actualmente el mundo de lo digital permite que autores anónimos como yo podamos tener nuestra ventanita. Eso está genial. Es genial que puedas ponerte en la plaza pública. Lo veo como algo democrático.

¿Cómo le ha resultado esta experiencia? ¿Es una apuesta de futuro?

Por un lado ha sido una necesidad vital. Hubo un momento en el que Marta no paraba de hablar en mi cabeza. La tenía que dejar salir para que me dejase en paz. Por otro lado estaba cansado de empezar historias que acababan en la papelera. Era un reto acabar una historia, cerrar el círculo. Tampoco sé decir si esto es una apuesta de futuro. Sigo escribiendo y lo hago porque en el fondo es lo que más me divierte. En el fondo me gustaría ser John Ford o Clint Eastwood y ver estas historias convertidas en una película, pero como sé que eso no va a pasar me conformo con escribirlas. Al futuro lo único que le pido es tiempo para seguir dándole a las teclas.

FUENTE: LA OPINIÓN DE TENERIFE

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