
RAFAEL RAMOS / LA VANGUARDIA
Frederick Forsyth está encantado con el Brexit y enamorado platónicamente de Theresa May. Dice que no es un eurófobo, pero se mete con “esos inmigrantes que vienen aquí con toda la jeta a chupar del bote, a mandar a sus hijos a nuestros colegios y utilizar la sanidad pública, sin aportar nada a cambio”. A los 78 años, es el prototipo del tory que ha votado por el divorcio de Europa.
También encierra todas las contradicciones de los brexiters. Cuando se le recuerda que en España hay miles de jubilados británicos que recurren a los hospitales locales para las operaciones de cadera, responde que “eso es distinto, porque han invertido sus ahorros en comprarse un chalet y se gastan la pensión del Reino Unido en los supermercados de la Costa Blanca”. “¿Y qué hay de distinto con los jóvenes españoles que trabajan de camareros en Londres, y también se dejan aquí sus cuartos?”. Silencio.
Información completa AQUÍ