IGNACIO DÍAZ / SEVILLA DIRECTO
Es difícil entender el periodismo español sin la figura de Ramón Lobo, maestro y veterano de este oficio. Irak, Afganistán, Serbia, Bosnia y Sierra Leona no son sólo países para él. Desde allí, como desde muchos otros sitios, vio y contó guerras e injusticias. Conseguimos hablar de parte de lo que vio, y de parte de lo que ve ahora.
Lobo salió de la Facultad de Derecho con mochila al hombro y con ganas de almorzar. La mesa redonda en la que había participado sobre periodismo comprometido se había alargado demasiado. Mucho de qué hablar, y no él solo, sino con la compañía de personajes de primera fila como Soledad Gallego-Díaz, José Colón, Javier Aroca y Belén Torres. Todo como parte de las I Jornadas del Observatorio de Desigualdad de Andalucía. Así, Ramón Lobo habla y responde en su camino desde la facultad hacia el bar, donde le esperan los demás. El bar está cerca, pero nos paramos muchas veces, y andamos a paso lento. No hay tanta prisa, y hay mucho que conversar sobre mundo que nos rodea y que él ha visto ya.
¿Cómo se cubre bien una guerra?
No es fácil. El secreto es que tenemos que desnudarnos de nuestro “primer mundismo”. No tenemos que ir ahí para confirmar lo que nosotros pensamos, sino que tenemos que ir para escuchar lo que piensan ellos, lo que sienten, lo que padecen. Son sus voces las que se tienen que escuchar, no las nuestras. Otra clave es que en todo conflicto, sí hay buenos y malos. Pero si tú haces una división ideológica o de grupos; la guerrilla son los buenos, el gobierno los malos, o al revés, te equivocas. Dentro de los buenos hay malos y dentro de los malos hay buenos. Nuestro trabajo es buscar a los buenos, de los dos bandos.
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