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La historia del Grupo XDC de Radio Juventud de Canarias (III)

Tercera entrega del libro de nuestro compañero Manuel Negrín que glosa el recordado proyecto de periodismo radiofónico innovador desarrollado, en los años setenta del siglo pasado.
Marca del Grupo XDC.
Marca del Grupo XDC.

MANUEL NEGRÍN

Los cursillos de orientación radiofónica

Radio Juventud de Canarias (RJC), en el momento de la creación del Grupo XDC, estaba considerada, y así realmente se llamaba, una emisora-escuela, como se reflejaba en su indicativo: Estación Escuela número 57 (EFJ-57) de la Cadena Azul de Radiodifusión (CAR), que agrupaba a un total de 32 emisores en toda España.

Ese es el motivo por el que muchos de los que trabajaron en otras emisoras en esa época y en posteriores (Radio Club Tenerife, Radio Nacional, Televisión Española y alguno creo que, también, en Radio Popular) nacieron de las enseñanzas adquiridas en los cursos permanentes de RJC denominados Taller Escuela.

Además, se daba la circunstancia de que en esa época estaba en auge el teatro radiofónico, por lo que muchos actores también pasaron por estos cursos-talleres, aunque luego se dedicaran profesionalmente a las artes escénicas.

De esa época son Maite Acarreta, Enrique Agulló, Marina Agulló, Paco Álvarez, Ricardo Barrera, Ignacio García Talavera, Jaime Hernández, Juan Hernández, Julita Moreira, Angelita Padrón, Paco Padrón, Mariano Vega y Angelines Villegas, entre otros, en el apartado de locutores, quienes posteriormente pasaban una prueba de voces, y leían con el locutor ya profesional la guía de publicidad o presentaban los discos dedicados. Y como técnicos, Manuel Cabral, Francisco Chueca, Félix Galván, Norberto González, Gerardo Guerra, Enrique Martín Braun, David Rodríguez, Fernando Rojas, Tito Rojas y Ángel Zurita, entre otros muchos (1).

Al finalizar los talleres, la mayor parte de los alumnos –muy buenos, por cierto, como pueden observar por los nombres anteriormente citados– buscaba el sustento en otros campos o medios informativos, por ser estos mejores económicamente que lo que se les ofrecía en RJC, que sufría, como en el resto de la nación y a nivel mundial, de penurias económicas. La realidad, por tanto, era que RJC suponía una máquina de crear radiofonismo, pero poco se quedaba en su propio cesto.

Hay que mencionar que en esa época la carrera de Periodismo no se podía cursar en la Universidad de La Laguna y el ir a estudiar a la península no estaba al alcance de muchas familias. Por tanto, el título obtenido en la emisora-escuela era como un sustituto de aquella. Y, como se pudo comprobar a través de los años, la profesionalidad era tan grande que suplía con creces la falta de un título universitario.

José Agustín Gómez, siendo director de RJC, muy probablemente pienso yo, se dio cuenta de que los tiempos iban a cambiar, que había otra información que ofrecer pero, teniendo los medios, no tenía personal suficiente. Desaparecieron los cursos, pero el director creó los Ciclos Formativos de la Escuela de Orientación Radiofónica. Diríamos que una versión adaptada y actualizada de sus predecesores talleres. En ellos, durante un período de varios meses, cualquier amante de la radio (había muchísimos oyentes forofos) accedía a esos ciclos o cursillos sin muchos requisitos previos. El número en cada grupo era de entre diez y quince personas.

En realidad, los cursillos sirvieron para que en RJC se fuera creando una posible selección de aspirantes, escogiendo a personas a las que se les pudieran dar responsabilidades radiofónicas sin ser profesionales retribuidos, a modo de colaboración. Venía a ser una forma de realizar prácticas sin cobrar, pero también teniendo en cuenta que los cursos, de unos seis o siete meses de duración, con dos jornadas semanales por las tardes, también eran gratuitos.

Era raro que, en cada cursillo, no se quedara alguno a quien se le invitaba a ingresar en la que se denominó radio de participación. Yo ampliaría el término a radio de participación popular. Así se iban agregando miembros, poco a poco, al Grupo XDC y también al Club Juvenil San Borondón. Los primeros dedicados a la información deportiva y el segundo a la musical. En ambos casos, a medida que aumentaba el número de colaboradores se incrementaba el número de programas.

No recuerdo con exactitud en qué momento, pero sí que los cursillos dejaron de convocarse, probablemente porque dejaron de tener utilidad, puesto que el cupo de horarios para programas y personal colaborador ya estaba cubierto.

(1) Mi agradecimiento a Gerardo Guerra y José Antonio Pardellas, que me han aportado muchos de estos nombres ilustres para la radio canaria.

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