
GONZALO TORNÉ (EN EL MUNDO)
Durante las pasadas elecciones generales (que para mayor desgaste del sufrido votante fueron también autonómicas y europeas) afloró, entre el habitual desfile de berrinches, enfados de cara a la galería, lealtades puestas en duda, disputas internas e intentos de pescar en otros caladeros, un debate que prometía mucho y que sería una lástima dejarlo pasar sin apurarlo a fondo. El corazón de la polémica era la irrupción de Vox, un partido que hasta el momento se había caracterizado por defender medidas que vulneraban la Constitución, contrarias a las ciencias de la salud de mental, o cuya implementación requeriría forzar los límites actuales de la ciencia (se necesita una máquina del tiempo para volver a vivir en plena Reconquista). Una bicoca para la información-espectáculo.
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