
EL PAÍS
El silencio es el peor enemigo del suicidio. Hablar de ello y exteriorizarlo es, según los expertos, una puerta de salida para buscar ayuda y prevenirlo. También desde los medios de comunicación que, por temor al efecto contagio, han sorteado un fenómeno que dejó 3.679 muertos en 2017, casi el doble que por accidentes de tráfico.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hablar del suicidio en los medios puede tener, incluso, un efecto protector, si se trata de una cobertura responsable y no sensacionalista.
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