
EL PAÍS
El Kremlin estrecha el círculo contra los medios de comunicación incómodos. La Cámara baja del Parlamento Ruso (la Duma Estatal) ha aprobado en tercera y última lectura un proyecto de ley que permite declarar “agente extranjero” a periodistas o blogueros que trabajen o tengan vinculación con medios de comunicación que ya tienen esa etiqueta, y que reciben fondos del exterior. Las organizaciones que trabajan por los derechos civiles y la libertad de prensa han alertado de que esta nueva medida busca “restringir a los medios libres e independientes”.