
SERGIO LOGENDIO
Tuvieron que pasar casi tres siglos después de que llegara a la Península para que la imprenta se instalara en Canarias. Hasta entonces, en las Islas circulaba un tipo de periodismo de carácter manuscrito y en cuanto a las obras literarias, se editaban en Madrid o bien en Sevilla, entre ellas algunas tan reconocidas como Noticias Históricas, de José de Viera y Clavijo.
Fue hacia 1750 cuando desembarcó en el puerto de Santa Cruz de Tenerife el que está considerado el prototipógrafo canario, “el cincuentón sevillano Pedro Josef Pablo Díaz y Romero”, quien llamado por el comandante general Juan de Urbina “se trajo sus bártulos y tarecos de imprimir, al parecer ya algo gastados por el uso”, tal y como refiere el recordado historiador Luis Cola Benítez, si bien otros estudiosos sostienen que esa primera imprenta funcionó por cuenta del Estado y con fondos de la Comandancia Militar.
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