
VÍCTOR DE LA SERNA / EL MUNDO
En tiempos de esperanza y en tiempos -como los actuales- de desconcierto, la defensa del periodismo de información exacto, fiable y completo y del periodismo de opinión razonado, analítico y que ayuda a los lectores a formarse la suya propia ha sido el doble objetivo de unos premios internacionales diferentes de todos como han sido desde su inicio los de EL MUNDO.
Las dificultades en las que nos ha colocado a toda la prensa la revolución tecnológica, con sus redes sociales que alientan todo lo contrario de esa fiabilidad y ese análisis, inducen a algunos a buscar atajos a base de partidismo acendrado o de búsqueda descarada de las historias más o menos escandalosas pero muy atrapadoras de lectores. Con menos medios materiales y humanos, esos recursos son muchas veces irresistibles, aunque desvirtúan el papel que el periodismo debe desempeñar en las sociedades modernas, democráticas y defensoras de las libertades individuales.
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