
JOAQUÍN ANASTASIO / LA PROVINCIA
Guillermo García-Alcalde ha muerto. Deja tras de sí un vacío, el del periodista culto, ilustrado y sofisticado que supo trasladar a su trabajo el talante progresista y liberal que siempre defendió. Hijo adoptivo de Las Palmas de Gran Canaria y de Gran Canaria, era además miembro de las reales Academia de Bellas Artes de San Fernando y de San Miguel Arcángel. Nunca dejó que su pasión melómana lo despistara de su verdadera vocación, la de periodista comprometido desde sus inicios con la democratización del país.
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