
SALVADOR GARCÍA LLANOS
En la década de los sesenta del pasado siglo, cuando descubrimos tantas cosas, cuando todo estaba por descubrir, apareció Robert Bobby Charlton, jugador y entrenador del Manchester United, equipo en el que destacó y ganó una Copa de Europa. Charlton había conquistado el Balón de Oro y se proclamó campeón con Inglaterra en el inolvidable Mundial de 1966, aquel que seguimos aún en blanco y negro, en horarios intempestivos. Falleció el pasado sábado, a los 86 años. La abuela, que se lo sabía casi todo, fue la que nos aclaró su vínculo y el por qué de aquel nombre colectivo con los Busby babes, el plantel que el técnico, Matt Busby, fue moldeando en Manchester con mano sapiente.
La admiración crecía a medida que se desplazaba con señorío, clase y visión futbolística por la cancha que empezaba a sentir la orfandad de Alfredo Di Stéfano. Y mucho más cuando sabíamos de su condición de superviviente de aquel terrible accidente aéreo en Munich, en febrero de 1958, en el que perdieron la vida veintitrés personas, entre ellas ocho jugadores del United, llamado a suceder en la gloria futbolística al Real Madrid. Técnicamente dotado, sobresalía individual y colectivamente. Pasador, llegador, rematador… trabajaba en toda la extensión del campo. Con los Reds jugó 758 encuentros, en los que hizo 249 goles que le convirtieron en máximo goleador del equipo, récord que le arrebató en enero de 2017 Wayne Rooney, quien dos años antes le quitó también el de máximo anotador con la selección.
Con la selección inglesa, de la que fue capitán, debutó el 19 de abril de 1958 ante Escocia, dos meses después del accidente aéreo. Jugó cuatro Mundiales (1958, 1962, 1966 y 1970), en el de 1966 el equipo, que además era anfitrión, se alzó con el título al vencer en la final a Alemania Federal (4-2), torneo en el que fue uno de los jugadores destacados. Además, fue tercero en la Eurocopa de 1968. Su última intervención con la selección inglesa fue el 14 de junio 1970, con la que totalizó 106 encuentros, en los que anotó 49 goles.
Fuera de las canchas, ejerció como comentarista en la cadena de la televisión pública, BBC. Además, en mayo de 1992 fue contratado por los responsables de la candidatura de Japón para organizar el primer Campeonato del Mundo del siglo XXI, el del 2002, que compartió con Corea del Sur. También promovió la candidatura olímpica de Manchester para los Juegos de 2000. Desde 2000 la de Londres para el Mundial del 2006 y la olímpica londinense de 2012.
Después de visitar Camboya en julio de 2007 para promocionar el fútbol y luchar para que se hiciera un mayor esfuerzo por erradicar las minas antipersonas, en 2011 fundó la organización Find a Better Way (Encuentra un mejor camino), dedicada a desarrollar tecnologías que permitan detectar y eliminar minas antipersonales, proyecto que pocos años después se convirtió en la fundación que lleva su nombre, Sir Bobby Charlton Foundation.
En mayo de 2008, el Manchester desveló en una escultura las tres leyendas del club, Bobby Charlton, George Best y Denis Law, la santa trinidad del emblemático equipo, que se situó frente a la existente del técnico Sir Matt Busby. En febrero de 2016 el club renombró la tribuna sur del estadio de Old Trafford como Sir Bobby Charlton Stand.
En 2009, la UEFA le concedió su Premio Presidente y tres años después otro galardón por superar los 100 encuentros internacionales con su selección. Entró en el Salón de la Fama del Fútbol, en México, en el año 2011, y es uno de los miembros de la Academia Mundial de Deporte que anualmente entrega los Premios Laureus.
La reina Isabel II le concedió la distinción de miembro de la Orden del Imperio Británico (1969), y en 1994 le nombró caballero de esa orden, lo que le confiere el uso de Sir. Es doctor honoris causa por la Universidad de Manchester (2013).
Charlton, desde luego, estaba elegido para la gloria.