
MARUJA TORRES / CADENA SER
Abrí la ventana de la cocina el día primero del año y sentí el magnífico frío reparador que llegaba de los cercanos Picos de Europa, amplios y hermosos. No dejaba de contemplar su infinita belleza mientras preparaba el café. Delante de mí, nada, nadie, excepto la Naturaleza que, por ahora, todavía nos puede acompañar.
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