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‘Reacciones en redes que no funcionan’, por Salvador García Llanos

“Hasta hace algún tiempo, la inmediatez era garantizada por la radio. Ahora, los testigos o usuarios habituales asumen ese papel”.
Según la investigación del Instituto Reuters, la población tiene menos confianza en las redes sociales que en los medios para informarse. (PIXABAY)
La población tiene menos confianza en las redes sociales que en los medios para informarse. (PIXABAY)

SALVADOR GARCÍA LLANOS

Cada vez son más numerosos los consumidores de información que se enteran de las noticias por las redes sociales. Son los hábitos de nuestros días. Les da igual eso de la credibilidad. Hasta hace algún tiempo, la inmediatez era garantizada por la radio. Ahora, los testigos o usuarios habituales, capaces de conectar con prontitud y ofrecer una información casi al instante asumen ese papel informativo y ese rasgo primordial de la inmediatez, lo cual incide a menudo en la precipitación y las imprecisiones, por lo que hay que tener mucho cuidado.

Un estudio de la Universidad de Yale, por ejemplo, cuestiona el éxito de las acciones de Facebook para acabar con las noticias falsas en su plataforma. Según el informe –relata la periodista peruana Sofía Pichihua, master en periodismo digital en la Universidad de Alcalá–, el uso de etiquetas por verificadores (fact checkers) no tienen resultados entre los lectores. Es decir, a pesar de que se toman el tiempo de indicar si una noticia es verdadera o no, la atención de los usuarios no varía.

Con las etiquetas, solo 3,7 puntos porcentuales de usuarios fueron más propensos a juzgar correctamente los titulares como falsos. La periodista concluye que, con estos datos, los partidarios de Donald Trump y los adultos menores de veintiséis años podrían confiar en una noticia falsa con mayor énfasis que otros usuarios.

Pero “todos estos efectos son reducidos. “Incluso en la medida en que está haciendo algo, es un efecto pequeño”, dijo el psicólogo David Rand. “No es suficiente para resolver este problema”.

Un portavoz de Facebook cuestionó la metodología de los investigadores, señalando que el estudio se realizó a través de una encuesta por Internet, no en la plataforma de Facebook, y añadió que la verificación de hechos es solo una parte de los esfuerzos de la compañía para combatir las noticias falsas. Está claro que hay que perfeccionar la tarea que se sigue en el ámbito de la investigación.

También se toman otras acciones, escribe Pichihua: “Interrumpir los incentivos financieros para  las personas o empresas que realizan ‘spam’, lo que en informática se conoce, ya lo explicamos, por correo no solicitado. Los spammers envían masivamente emails intentando enmascarar su procedencia utilizando técnicas para evitar los filtros antispam. En ocasiones pueden suplantar una identidad corporativa de renombre para intentar llegar al usuario”. Se trata, por consiguiente, “de construir nuevos productos y ayudar a las personas a tomar decisiones más informadas sobre las noticias que leen, confían y comparten”, concluye la periodista peruana.

 

 

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