
L.P.
Casi todos los medios de comunicación importantes tienen libros de estilo, no sólo para unificar criterios en cuanto a usos de palabras sino para marcar líneas rojas en temas delicados. Pero el día a día hace que los libros de estilo queden, en el mejor de los casos, en un material de consulta para situaciones excepcionales o ante dudas relevantes.
Para ayudar a los redactores y editores a que se cumpla más el libro de estilo, The Guardian ha tenido la idea de desarrollar una aplicación que traslada su libro de estilo a una base de datos consultable y esa aplicación comprueba si los artículos que han escrito los redactores poseen elementos que no encajen con el libro de Estilo.
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