
LAURA CARRASCO (INFOLIBRE)
La lucha contra la desinformación debe ser radical, porque debe empezar por la raíz. Así lo entienden un centenar de catedráticos españoles, la mitad de Educación y la mitad de Comunicación, que han lanzado una iniciativa para que los maestros, especialmente los de Educación Infantil y Primaria, salgan de la universidad convertidos en maestros, pero también en comunicadores.
Es vital, entienden, por dos motivos. El primero, conseguir que los niños, desde sus pupitres de la escuela, aprendan a distinguir qué es información y qué no. Y a estar, claro, informados. El segundo, a que la comunicación en remoto y a través de las nuevas tecnologías a la que nos abocó la pandemia hace ya más de un año no suponga ninguna traba a la hora de dar clase.
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