
EL PAÍS / KATIANA MURILLO
Según a quién se le pregunte, la cumbre climática COP26 de Glasgow (Escocia) fue un éxito o un fracaso. También hay quienes la colocan en un punto medio. Lo cierto es que el Acuerdo de Glasgow, que aún mantiene viva la esperanza del Acuerdo de París de evitar que la temperatura media global sobrepase los 2 Cº –idealmente, los 1.5 Cº–, depende de que los países hagan bien su tarea ahora que regresaron a casa.
Aún no ha cambiado el hecho de que los últimos cinco años hayan sido los más calientes desde que se tiene registros y que las emisiones, en vez de disminuir, hayan aumentado a máximos históricos.
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