
APT
Será presentado mañana por la tarde en la zona anexa del refugio pesquero del Puerto de la Cruz, acceso a la calle Lonjas, el libro ¿Quién mató al cartero? (Autopublicar.es-Libros para el infinito), original del autor portuense Gregorio Dorta Martín, prologado por el presidente de la Asociación de Periodistas de Santa Cruz de Tenerife (APT), Salvador García Llanos.
Se trata de un relato novelado en torno a un crimen perpetrado en la oficina de Correos del Puerto de la Cruz (Tenerife), en diciembre de 1992. Desde entonces, desde aquella marga y fatídica noche, el misterio y la incertidumbre rodean un hecho luctuoso, con muchas incógnitas aún por despejar. El autor hace un acercamiento a su resolución treinta y dos años después, con una recopilación de testimonios que aproximan a la reconstrucción de las últimas horas de la vida de aquel funcionario público.
Aquel fue un luctuoso suceso que causó una profunda impresión en la ciudad turística. En las primeras semanas de pesquisas e investigaciones –y de habladurías, por qué no decirlo– cobró cierto peso aquella teoría que circuló como justificante de lo ocurrido: el cartero Cabrera Mesa reconoció la voz del asaltante y hasta identificó su mirada, supuestamente captándola, dos hechos que elevaron el posibilismo del esclarecimiento de lo acontecido. Pero, seguramente, no debieron pasar de una conjetura más. Absolutamente indemostrable.
A partir de ahí, Gregorio Dorta Martín maneja los elementos que acentúan los interrogantes. Una sucesión de hechos sospechosos y las consiguientes averiguaciones, de personajes de breves apariciones y hasta de un joven que coincidió con el presunto autor en el momento de su huida van configurando el relato al que no falta una ilustración gráfica hecha por el médico forense y el detalle de una discusión en los calabozos policiales.
Estamos ante un misterio perpetuo o ante un crimen perfecto. La pregunta sigue rebotando: ¿quién mató al cartero? La complejidad y la intriga que envuelven este caso son recordatorios sombríos de las dificultades inherentes a la resolución de crímenes violentos. A pesar de los años transcurridos, la búsqueda de respuestas persiste, alimentando la esperanza de que el culpable sea finalmente llevado ante los tribunales.