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Respetar la discapacidad

Salvador García Llanos celebra el fallo del TC sobre un programa televisivo, "porque las tentaciones proliferan en el universo mediático sin escrúpulos".

SALVADOR GARCÍA LLANOS

Siempre rechazamos las burlas y los menosprecios a los discapacitados, no digamos los tratamientos mediáticos de ese tenor o el que se utilice su vulnerabilidad en público para obtener algún tipo de provecho, de ahí que apreciemos ese fallo del Tribunal Constitucional consistente en amparar a un ciudadano discapacitado físico y psíquico en un 66% que había sido entrevistado en un programa, ya desaparecido, de Tele 5, Crónicas marcianas.


La resolución condena a Xavier Sardá y a su colaborador Javier Cárdenas a indemnizar a la víctima, defendida por el letrado tinerfeño Angel Isidro Guimerá, a la cantidad de quince mil euros, al entender que el derecho al honor y a la propia imagen ha sido vulnerado. “Clara y censurable intención de burlarse de sus condiciones físicas y psíquicas, atentando de esa manera no solo contra sus derechos al honor y a la propia imagen sino incluso contra su dignidad”, dice uno de los párrafos de la sentencia.


Cárdenas ha publicado un texto en defensa propia. Tiene razón en lo del tiempo transcurrido y que el fallo del Constitucional se haya dado a conocer ahora, después de otros hechos en los que él mismo exponía aristas muy críticas, estableciendo una relación causa-efecto, cuando menos interpretable. Puede tenerla en lo que relata sobre la posición familiar, interesada en la obtención de buenos ingresos siempre y cuando se llevara a cabo la entrevista. Pero no la tiene en cuanto que, aún siendo verdad esto último, por principios y teniendo en cuenta los rasgos de la persona, había que negarse a realizarla para evitar escarnios y hasta los propios riesgos jurídicos que la iniciativa comportaba.


La persistencia y buen oficio del letrado han sido determinantes. Y lo que es un caso de sentido común cobra, con esta decisión del Alto Tribunal, una relevancia extraordinaria con vistas al futuro. Que lo tengan en cuenta medios, cadenas, directores y comunicadores: no se puede atentar contra la dignidad de una persona discapacitada. En su resolución, el Tribunal Constitucional -que corrige al Supremo, por cierto- impone a los poderes públicos un mandato de protección a las personas con discapacidad.


Hay que alegrarse de esta noticia porque las tentaciones proliferan en el universo mediático sin escrúpulos. Hay “espectáculos” -y es procedente entrecomillar el término- que no se deben producir y que resultan tan reprobables como intolerables. Ya hablamos de escarnios, como si fuera un valor agregado.


Ya lo ha señalado el Tribunal Constitucional. Nada menos.

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