
Javier Darío Restrepo es uno de los íconos más grandes del periodismo colombiano, ha trabajado desde 1957 como reportero y columnista de distintos medios impresos, radio y televisión, en los que ha cubierto guerras, les ha dado voz a aquellos que para muchos son invisibles, ha investigado con lucidez y re-flexionado sobre los problemas del país.
La forma en la que ha desempeñado su carrera, su forma de pensar, sus frases y la manera en que ve la vida y el periodismo lo han convirtido en ejemplo para las nuevas generaciones, razón suficiente para haber sido galardonado con el Premio a la Excelencia entregado el pasado 1o. de octubre por la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, en el marco del Premio Gabriel García Márquez de Periodismo en Medellín.
Restrepo, desde su experiencia, habló con Colprensa sobre la situación que atraviesa el periodismo y la evolución que con el paso del tiempo ha tenido el denominado oficio más bello del mundo.
– Han pasado 52 años desde que empezó a desempeñar este oficio, desde entonces y hasta ahora ¿cómo ha evolucionado el periodismo en Colombia?
Al periodismo lo ha hecho evolucionar dos factores:
Primero, la misma historia de Colombia, que es una historia en la que cada vez suenan más estridentes las voces de los poderosos y por eso el periodista hoy cuestiona al dueño del poder, asume muy severamente el papel de fiscal. Esas acciones traen consigo otro fenómeno y es que el periodista se va haciendo menos dependiente de las fuentes de poder.
Y, segundo, la tecnología digital, hoy ningún periodista puede ignorar lo digital, porque esto le da unas grandes posibilidades, da unos instrumentos tan poderosos que ninguno puede decir olímpicamente ‘para mí eso no cuenta’. Son instrumentos que pueden estar al servicio de una mejor información para la gente.
– La tecnología marca un hito muy importante en el desarrollo periodístico. Pero ¿cómo debe ser el manejo de las nuevas tecnologías?
Los instrumentos que da la tecnología son muy poderosos y te da dos opciones: manejar la información para servicio de la gente o para provecho personal. Si optas por utilizarla para tu propio provecho, para hacer unos productos informativos más comerciales, para llegar a más gente, te hace cambiar pero hacia lo peor.
En este momento uno ve a los periodistas en cierta forma perplejos sobre cuál de los dos caminos tomar, el de utilizar todo ese poder para ellos mismos o utilizarlo para los receptores de la información. Esa situación está llegando también a los propios medios de comunicación que tienen que resolver ese problema. Son viejos medios de comunicación que estaban acostumbrados a la tecnología vieja y ahora con esta nueva tecnología que no pueden ignorar vienen los cambios, pueden ser cambios en el uno o en el otro sentido, entonces se tienen esos dos factores, y allí hay que elegir.
– ¿Cómo ve la actualidad del periodismo y la figura del periodista actual?
Hay un peligro al que ya se le están asomando las orejas en las prácticas periodísticas de hoy y es apostar más a la actualidad que a la profundidad. Entonces, como esa tecnología de la que hablaba permite cubrir las cosas e inmediatamente dispararlas hacia el medio de comunicación, muchos prefieren eso, lo actual, y entonces sucede que en ocasiones la historia que está todavía en desarrollo ya se está comunicando por los muy distintos medios que existen, ese es el peligro.
– ¿Por qué es peligroso?
Porque uno nunca puede conocer la actualidad si no la reflexiona, hay una expresión que es muy retadora y es que el hombre es la conciencia del mundo, el periodista es la conciencia de la historia, y entonces o es la conciencia de la historia o es simplemente alguien que registra pasivamente la historia.
– ¿Cuál es la diferencia?
El que va a registrar reflexivamente la historia está agregándole a la historia un plus que es su propia reflexión, su propia capacidad de contextualizar, de mirar los antecedentes y sobretodo de proyectar hacia el futuro.
Ya se tiene que acabar ese miedo de hablar del futuro porque decían que hablar del futuro era hablar de especulaciones, y no hablar del futuro es un privilegio de quien conoce bien el presente y esa es la actividad que debe realizar el periodista. Más aún, me atrevo a decir que el periodismo que sobrevivirá es ese que por su buen conocimiento del presente puede anunciar lo que sucederá en el futuro.
– La ética periodística ha sido muy cuestionada, el amarillismo, exceso de imágenes, etc. ¿Cómo se debe mantener la ética en el periodismo?
¿Para qué está el periodista en la sociedad? Si es para defender el bien común, el sensacionalismo esas degradaciones no tienen luga; el periodista no puede convertir la noticia en mercancía, debe ir detrás siempre del cambio de la sociedad, pero cuando el periodista no tiene eso en mente y solo tiene presente el pensamiento pequeñito, casi enano, de los gerentes que piensan que eso es para hacer plata, pues naturalmente no va a hacer periodismo y el periodista se convierte en un publicista cualquiera.
– ¿Cuáles son entonces las características que debe tener un periodista para ser un buen periodista?
Un buen periodista tiene un alto sentido del bien público y por tanto se siente servidor del público, abandona toda idea de poder y la reemplaza por la idea de servicio. Consecuente con eso, un buen periodista siempre está en plan de construir futuro y esa construcción de futuro supone activar todas las potencialidades que tienen los receptores de la información.
Sócrates en su tiempo tenía una muy buena expresión de lo que era su trabajo como filósofo y lo dijo antes de ser ejecutado: “Mi papel es ser esa mosca que mantiene a los caballos inquietos”, ese animal que los hace patear, mover la cabeza, relinchar, esa mosca que no lo deja estar tranquilo y dijo “Yo soy esa mosca frente a ese caballo enorme que es Atenas”. Ahora, el periodista debe ser es esa mosca que mantiene inquieta a la sociedad y le impide dormirse.
– ¿Por qué?
Porque cuando hay mucho progreso material, también hay mucha siesta por parte de la sociedad, de lo que se trata es de acortar esa siesta para que la sociedad continúe su desarrollo y que nunca se mantenga autosatisfecha, porque la autosatisfacción es el comienzo de la corrupción y donde hay corrupción se puede bucear y encontrar que antes de esa corrupción hubo mucha autosatisfacción, es una realidad.
– ¿Cuál cree que será el futuro del periodismo?
Me parece que el futuro está determinado por la actitud que hoy se tome frente a lo digital y la tecnología, si es una actitud pasiva o de simple explotación interesada de las posibilidades que ofrece lo digital, pues va a ser de un plegamiento cada vez más a lo técnico y de un replegamiento de lo que es el ideal profesional del periodista. Entonces se va el periodismo derivando más hacia la propaganda que hacia la información y un periodismo propagandista es la degradación y desaparición de lo periodístico.
Si por el contrario, hay la conciencia de que la tecnología digital hay que ponerla al servicio de los receptores de información, el periodismo desde luego evolucionará en su forma, de pronto desaparece la forma del papel, lo impreso, y se queda la forma virtual, pero será un periodismo todavía más poderoso, informará mucho más y servirá más eficazmente a la sociedad.
– Como maestro ¿usted qué puede decirle a esa nueva generación que dice ‘quiero ser un buena periodista’?
Yo les digo mucho a los jóvenes colegas “mantengan siempre su identidad”. Sin embargo, para mantener la identidad hay que conocerla, entonces les digo que se pregunten constantemente “¿para qué carajos soy un periodista?” y cuando uno encuentra la respuesta se da cuenta de que hay muchas cosas que hay que defender. Esta es, como se ha dicho infinidad de veces, la profesión más bella del mundo, pero ¿por qué?, en la respuesta a ese por qué está la clave de qué es lo que tiene que hacer el periodista.
FUENTE: LA VANGUARDIA