
JORGE DÁVILA
Buscar un equilibrio entre la tradición y las múltiples posibilidades que ofrece el mundo digital. Ese fue el punto en el que se encontraron anoche las reflexiones que Montserrat Domínguez, directora del diario digital El Huffington Post, y el periodista de El País Guillermo Altares expusieron en el penúltimo debate de «El mundo que queremos» del Otoño Cultural 2014, que se celebró en el Espacio Cultural de CajaCanarias de la capital tinerfeña. Fernando G. Delgado ejerció labores de mediador en un intercambio de opiniones que creció a partir de la idea «La nueva comunicación en la red».
Inmediatez, sin renunciar a unos criterios de calidad y de reflexión, es el concepto que más se escuchó en un cara a cara en el que Altares no perdió la oportunidad para decir que «no hay un periodismo de papel y otro digital; hay un solo periodismo». Algo que ratificó Domínguez con un comentario en el que defendió que «las reglas en el mundo digital son otras, pero el corazón del periodista late igual», destacó una profesional de la comunicación que antes de embarcarse hace dos años y medio en el periodismo digital desempeñó distintas responsabilidades en la agencia EFE, Tele 5, Canal + y Antena 3 TV, entre otros medios. «Yo me tuve que reconvertir porque el escenario había cambiado».
Altares, fiel a la regla de que ser periodista implica ser un experto en periodismo, es relativamente optimista de cara al futuro. «El desgaste que ha sufrido el sector en los últimos años ha sido grande, pero soy optimista porque se está dando una situación de cambio muy interesante que ofrece muchas posibilidades. El periodista de hoy tiene que conquistar al lector; antes la situación era al revés. Ellos son los que ahora quieren ser sorprendidos por la creatividad de un comunicador que debe ofrecer buenas, fiables y variadas informaciones. Además, las tiene que saber vender a través de las redes sociales», puntualizó.
El poder de una buena historia, según Domínguez, no se ha visto mermado con los avances tecnológicos. «Ser rápido no significa ofrecer unos contenidos que no tengan contenido y en los que falta reflexión. La red también premia a los que hacen un periodismo de calidad en el que análisis de una noticia debe soportar el paso de las horas con un tratamiento adecuado», expuso la que fuera conductora y directora del espacio radiofónico «A vivir que son dos días» (Cadena Ser) durante más de cuatro años. «Cuando me apunté a esta aventura me rodeé de jóvenes nativos de la era digital que siguen a mi lado y de los que aprendo cosas todos los días», agradeció.
FUENTE: EL DÍA