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Periodismo postvacacional

"Con el arranque de septiembre, los medios de comunicación vuelven a coger impulso y ofrecen al público un producto renovado y potente", dice Ramón Oliver.
Periódicos impresos 3
Varios ejemplares de periódicos

RAMÓN OLIVER

El inminente 1 de septiembre traerá, además de un notable disgusto para los miles de españoles que concluyen sus vacaciones en esas fechas, un cambio de ciclo en la actividad profesional de muchos de ellos. El periodismo no representará una excepción a esta norma no escrita. Es más, es una de las profesiones que con mayor claridad la pone de manifiesto.

La primera consecuencia del final del mes de agosto se traducirá en un significativo incremento de actividad de los mass media, algo lógico si se tiene en cuenta que en septiembre las redacciones recuperan al grueso de sus efectivos, con lo que disponen de mayores posibilidades para generar temas propios y ligados a la actualidad. Entre otras cosas, septiembre supone el fin de los muchos materiales enlatados de los que se nutren los medios durante la segunda parte del verano. Piezas más o menos intemporales que los colaboradores y redactores se afanaron por completar durante el mes de julio para que sus editores pudieran tirar de ellas a su conveniencia en agosto, cuando las redacciones se quedan bajo mínimos. He de confesar que este post, que tan amablemente me han invitado a escribir los profesores de periodismo de la UDIMA en su espléndida Academia de P@pel (un lujo participar, ¡gracias!) tiene también algo de periodismo en conserva.

Paradójicamente, agosto, ese mes en el que España parece paralizarse por efecto del calor y la costumbre, es, según afirman algunas teorías, uno de los más propicios para que el periodismo luzca y saque a pasear sus mejores argumentos, ya que se supone que es durante el periodo vacacional cuando los españoles dedicamos mayor tiempo y mostramos mejor disposición para la lectura y el consumo de información. La combinación hamaca playera o terraza de chiringuito con un buen artículo en nuestra revista o periódico (ya sea impreso o digital) favorito es, sin duda, uno de los grandes placeres que nos depara el verano. Y no digamos si a esa mezcla le agregamos el colofón de un tinto de verano fresquito. Sin embargo, a pesar de estas aparentes facilidades, los medios parecen haber llegado a la conclusión de que es mejor no aprovechar ese periodo de celo de sus lectores, y optan mayoritariamente por seguir la corriente del resto de los mortales, dando vacaciones masivas a sus plantillas en agosto y reservando sus mejores bazas para el comienzo de la nueva temporada.

Los temas también sufren notables metamorfosis en verano. Y no hablo únicamente de las obligadas por el cese temporal de ciertas actividades (la política, fundamentalmente) de seguimiento cotidiano en los medios. Muchas secciones y programas habituales durante el año hacen un paréntesis en este periodo, por lo general para dejar paso a reemplazos más amables y ligeros. De hecho, la amabilidad y la ligereza campan por sus respectos en el periodismo vacacional. Nada de temas sesudos o duros, con la excepción de la crónica de sucesos, permanentemente en boga con independencia del periodo del año en que se desarrolle. Pero cuestiones como la deriva soberanista de Cataluña, el desempleo, las cuitas de Grecia con el Eurogrupo o las muchas tramas de corrupción con las que convivimos parecen ser consideradas demasiado indigestas para ser consumidas en bañador, por lo que pasan a segundo plano, cuando no directamente al cajón de los congelados. Una dieta informativa que, aunque pueda resultar necesaria y hasta saludable, también se le hace larga y tediosa a más de uno.

Todo esto terminará en el ya casi aterrizado septiembre, un mes que nos traerá también una serie de noticias habituales por estas fechas, clásicos inevitables que volveremos a escuchar por enésima vez pero que de, algún modo, se las arreglarán para seguir vigentes a pesar de su cíclica insistencia. La vuelta a cole, la operación retorno, la cuesta de septiembre, el síndrome postvacacional… En cierta forma, esas noticias servirán para tranquilizarnos y situarnos ante el desafío del nuevo comienzo que representa cada final del verano. Ya que nos indicarán que la rueda sigue girando y que nosotros giramos con ella. Al menos, hasta el verano siguiente.

FUENTE: ZOOM NEWS

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