
Periodistas de Tenerife | La Asociación de Periodistas de Santa Cruz de Tenerife (APT), presidida por Salvador García Llanos, acordó adherirse, en su reunión ordinaria de este mes de octubre, a la propuesta elaborada por la Fundación Tamaimos, de elegir al periodista y escritor lagunero Alfonso García-Ramos como protagonista del próximo Día de las Letras Canarias 2026, según la convocatoria del Gobierno de Canarias para rememorar la figura del ilustre polígrafo realejero, José de Viera y Clavijo.
Si bien es verdad que, tras el fallecimiento de García-Ramos en La Laguna el 4 de marzo de 1980, recibió múltiples homenajes —Hijo Predilecto de Tenerife, la Encomienda de Número de la Orden del Mérito Civil, calles con su nombre en varios municipios, un busto en el Auditorio de Los Silos que recuerda su figura o el Premio Internacional de Novela que lleva su nombre y que concede el Cabildo de Tenerife—, el paso del tiempo parece haber relegado su nombre al de un escritor del pasado, circunscrito exclusivamente a la isla donde nació. Nada más lejos de la realidad de una obra moderna y rupturista que usó un contexto tan veraz como imaginario para hablar de Canarias entera. En opinión de la APT, García-Ramos merece que la deuda que tiene toda su tierra con su obra y su trayectoria vital sea saldada de una vez.
Ciertamente, su obra más divulgada, Guad (Premio Benito Pérez Armas, 1970) figura por derecho propio como una de las cumbres de nuestras letras, retrato social de una Canarias empobrecida y aherrojada, que el autor tinerfeño supo observar y describir a través de personajes representativos de la época, no exentos de la profundidad psicológica de la pluma de un escritor brillante tanto en el plano de las ideas como de la técnica literaria. Sin embargo, el conjunto de su obra permanece todavía inexplorado para buena parte de nuestra sociedad y, en especial, para los canarios y canarias que nacieron en democracia y en el siglo XXI. Novelas como Las islas van mar afuera (inédita hasta 2024) o Teneyda (Premio Santo Tomás de Aquino, 1959) y su magistral Tristeza sobre un caballo blanco (Premio Agustín Espinosa, 1979) son poco conocidas por el gran público, el cual queda involuntariamente al margen de obras mayúsculas, que merecen estar en cualquier biblioteca. Además, el oficio literario de García-Ramos no puede ocultar sus otras facetas, en las que también destacó por su compromiso con la sociedad en la que le tocó vivir.
Como periodista, representó el alma de la redacción del periódico La Tarde —en la que se integraron varios miembros de la APT — donde trabajó durante más de dos décadas, primero como redactor, luego como subdirector y finalmente como director. También ejerció de profesor y gestor universitario en la Sección de Periodismo en la Universidad de La Laguna, donde dirigió numerosas tesinas que recuperaron fragmentos esenciales de la prensa histórica del archipiélago. García-Ramos, además, mantuvo un compromiso democrático que le llevó a militar activamente en el PSOE y luego, como independiente, a integrar sus filas en la primera corporación democrática del Cabildo de Tenerife tras el fin de la dictadura franquista. En dicha institución, asumió la presidencia de la Comisión de Educación y Cultura, destacando por la solidez de sus propuestas de trabajo.
Hombre implicado en la vida cultural canaria, Alfonso García-Ramos entró a formar parte de la directiva del Ateneo en 1960, año en que fue elegido presidente de Letras, pasando en 1961 a ser vicepresidente y en 1964 a presidente, puesto que ocupará durante dos años. A él se debe el impulso a una intensa labor de reforma del edificio de la Plaza de la Catedral, entre otras iniciativas. En su segunda época como presidente del Ateneo durante los años 1976-1978, dicha institución dio ejemplo de coherencia democrática para dar voz a los partidos tolerados pero no reconocidos y cedió su tribuna a los líderes de todos ellos contribuyendo así a la consolidación de los derechos y libertades en la nueva etapa histórica.
La APT se adhiere a esta iniciativa de la Fundación Tamaimos, al entender que ha llegado el momento de obrar con justicia y reivindicar la obra literaria de Alfonso García-Ramos, precisamente el día que los canarios y canarias del siglo XXI nos hemos dado para celebrar las Letras Canarias. La ocasión es propicia para que —con el realce y el alcance que solo el Gobierno de Canarias, apoyado en esta iniciativa por la sociedad civil, puede darle— la figura del genial escritor tinerfeño sea reconocida y descubierta por aquellas personas a las que quiso dirigirse con su obra literaria, en definitiva, a todo el pueblo canario.