
KARLOS ZURUTUZA / JOT DOWN
“Casi nadie lo vio venir”. Es lo que decía el pasado 27 de septiembre The New York Times en su artículo sobre la ofensiva que ha arrancado a Nagorno Karabaj de la historia. Lo decía, además, destacado en la entradilla: “Casi nadie lo vio venir”.
Los armenios incendiaban en las redes y con razón: para cuando las bombas azeríes volvieron a caer sobre el enclave aquel 19 de septiembre, en Nagorno Karabaj llevaban diez meses sobreviviendo a un bloqueo total de suministros. Los azeríes habían cortado la única carretera que unía Karabaj con el resto del mundo y faltaba prácticamente de todo: desde gasolina hasta compresas, desde el azúcar hasta el gas y la luz.
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