Gonzalo Cabello de los Cobos (El Debate) | Vivimos una revolución tecnológica ignorada y casi siempre minimizada por buena parte de los medios de comunicación. Y no por falta de interés informativo, sino por pura estrategia de supervivencia. La irrupción de la inteligencia artificial está alterando las bases mismas de sectores como el periodismo, y eso incomoda a quienes aún dependen de estructuras tradicionales. Muchos prefieren hablar de ChatGPT como una anécdota viral, cuando en realidad no es más que una estrella en una galaxia. Lo que está en marcha es la construcción de un nuevo sistema productivo que reconfigura, a gran velocidad, la manera en que trabajamos, pensamos y tomamos decisiones.
El cambio ya es tangible. La mayoría de los empleos de oficina, en menor o mayor medida, se está viendo afectada por estas herramientas. Desde abogados hasta analistas financieros o redactores de contenido, casi todas las profesiones basadas en el conocimiento están experimentando una transformación acelerada. Aunque algunos sectores muestran cierta resistencia, por tradición, desconocimiento o temor al cambio, el patrón es meridianamente claro: quienes no integren la inteligencia artificial en sus procesos quedarán irremediablemente rezagados.